04 – 06 SEPTIEMBRE 2015

El circuito de Monza es el “templo de la velocidad” y la pista más rápida de todo el campeonato de Fórmula 1, un esprint que quita el hipo a lo largo de rectilineos que se abren paso entre el Parque Real, interrumpidos sólo por un puñado de curvas y chicanes de alta velocidad.

Un poco de historia:
El primer Gran Premio de Italia se disputó el 4 septiembre 1921 en Montichiari, en la provincia de Brescia, en un circuito de calles públicas. El año siguiente se construyó el Autódromo Nacional de Monza y desde entonces siempre se ha corrido en la pista de Monza, con la excepción de cuatro ediciones (1937, 1947, 1948 y 1980).
En 1928 se produjo un grave accidente durante la carrera: el piloto Emilio Materassi perdió el control del coche en la recta final y a 200 km/h cayó sobre el público atestado en la pista, matando a 22 personas. A causa de este trágico evento en los dos años siguientes el Gran Premio no se desenrolló, reemprendando sólo en 1931. En 1937 las carreras tuvieron lugar en Montenero en Livorno, para retornar al año siguiente en Monza para la última edición antes de la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra el Gran Premio reemprendó en 1947: la pista de Monza, sin embargo, todavía estaba inutilizable debido a los graves daños causados por los acontecimientos de la guerra. Se corrió así en ese año en Milán y en 1948 en Turín. Desde 1949, se retornó a la pista en Monza. En 1950 se estableció el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 y desde entonces el Gran Premio de Italia ha pertenecido siempre: en los primeros años era aún la última carrera, más tarde se incluyeron otras carreras en fechas posteriores.

En 1980, a causa de la polémica derivada del accidente dos años antes en lo que murió Ronnie Peterson, el Gran Premio de Italia se disputó en la pista de Imola. Desde l’año siguiente, el Gran Premio de Italia retornó en Monza, mientras en Imola fue destinado el Gran Premio de San Marino. Desde entonces y hasta 2006 siempre se han disputado dos Gran Premios en suelo italiano.